El salón, decorado con luces suaves y estrellas centelleantes, se convierte en un lienzo donde la magia cobra vida. Un grupo de personas dedicadas, hermanos de nuestra Hermandad, se reúne para dar forma a esta representación sagrada del nacimiento de Jesús.
En este momento especial, no hay palabras suficientes para expresar la gratitud hacia todos aquellos que han hecho posible este montaje del Belén. Sus manos laboriosas y su espíritu de entrega han permitido que la comunidad se una en la celebración de la Navidad, recordando el verdadero significado de esta festividad.
Así, entre agradecimientos y aplausos, se concluye la creación del Belén, un símbolo de fe, tradición y generosidad, y se extiende el reconocimiento a cada persona que, con su dedicación, ha traído la esencia de la Navidad a la vida en este hermoso montaje.
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