Una hermana muy querida de nuestra cofradía ha decidido dar un paso definitivo en su camino de fe: tomará los hábitos y entregará su vida al Señor como religiosa.
Que Nuestra Señora de la Consolación, a quien tanto ama, la guíe y la proteja en este nuevo camino.
“Aquí estoy, Señor, para hacer tu voluntad.” (Sal 40,8)
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